Es más curioso todavía el diferente balance que tenemos que hacer para dedicar tiempo a las tareas más importantes en cada situación. Pero hay algo que nunca debemos de hacer, dejarnos llevar. Es lo más fácil y natural, pero es posible que nos acabemos encontrando con que las cosas no suceden en la dirección que deseamos.
Sentir es necesario para definir tu objetivo, para tener la ambición, para dibujar una ruta. Pensar es imprescindible para aportar realismo, para definir la ruta con más precisión o modificarla si la necesidad obliga. Pero además, pensar es sobre todo necesario para hacer, para decidir, para estructurar tu tiempo, para que tus acciones tengan siempre la dirección que deseas.
Así que da igual tu situación, da igual lo bien o mal que esté el mundo, que la reforma laboral sea buena o mala, que la crisis de deuda se arregle o siga igual.
Sólo si piensas, si tienes un objetivo, si mantienes el rumbo, sólo así llegarás a tu destino. El entorno puede hacerlo más complicado, entonces da un rodeo, pero persevera.
Ánimo, ¡siente! ¡piensa! ¡haz! Nadie más lo hará por ti.
Es una buena filosofía, que me gusta porque en primera aproximación se opone al determinismo y a la fatalidad. Está en la vía de "do-it-yourself" enfocado al futuro propio. Saludos.
ResponderEliminarEs lo que toca, saludos caballero
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